Concha y Toro intentó bloquear el registro de la marca cervecera Fruta del Diablo, alegando similitudes con Casillero del Diablo y Diablo, pero los tribunales resolvieron que ambas denominaciones pueden coexistir.

 

La disputa entre Viña Concha y Toro y un particular por el registro de la marca Fruta del Diablo se convirtió en uno de los casos más comentados en el ámbito de la propiedad industrial en Chile durante 2025. La bodega más grande del país, reconocida internacionalmente por sus vinos Casillero del Diablo y Diablo, vio cómo sus intentos de bloquear la inscripción de esta nueva denominación en la categoría de cervezas fueron rechazados tanto por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) como por el Tribunal de Propiedad Industrial (TDPI).

 

El inicio del conflicto: una solicitud de registro en 2023

Todo comenzó en enero de 2023, cuando Manuel Gil del Pino presentó formalmente al Inapi la solicitud de inscripción de la marca Fruta del Diablo para productos de la clase 32, que abarca distintos tipos de cervezas: ale, lager, stout y porter.

 

La elección del nombre no tardó en generar controversia. Apenas semanas después, Concha y Toro interpuso una demanda de oposición, argumentando que el nuevo signo afectaba directamente sus marcas consolidadas, especialmente Casillero del Diablo y Diablo, ambas ampliamente reconocidas en el mercado nacional e internacional.

 

 

 

 

La oposición de Concha y Toro: similitudes y riesgo de confusión

Según la viña, el término Fruta del Diablo presentaba similitudes gráficas y fonéticas con sus marcas, lo que generaría una confusión en los consumidores. La empresa sostuvo que el público podría pensar que se trataba de una extensión de su portafolio o, incluso, que ambos productos tenían un mismo origen empresarial.

 

En el escrito de oposición, la bodega fue tajante:

“Las marcas enfrentadas se presentan al mercado de forma confusamente similar, pareciendo una la derivación de la otra o, al menos, engendrando en los consumidores la idea de que las marcas enfrentadas poseen un mismo origen empresarial, situación ajena a la realidad”.

 

La disputa coincidió con un momento clave para la compañía, que a comienzos de 2023 había anunciado su incursión en el segmento de vinos en lata en mercados como Reino Unido y Japón bajo su icónica etiqueta Casillero del Diablo. Para Concha y Toro, proteger la fortaleza de su marca era —y sigue siendo— fundamental en un contexto de diversificación internacional.

 

La decisión del Inapi: diferencias suficientes

Pese a los argumentos de Concha y Toro, en febrero de 2025 el Inapi resolvió rechazar la oposición y conceder el registro a Fruta del Diablo. En su dictamen, el organismo destacó que, aunque existía cierta semejanza en el uso del término “Diablo”, los signos presentaban diferencias relevantes que reducían cualquier riesgo de confusión.

 

El fallo señaló lo siguiente:

“Tratándose de signos diferentes no existe riesgo de confusión entre el público consumidor, quienes podrán fácilmente diferenciar los productos de la marca pedida con los productos de la marca oponente”.

De esta manera, el Inapi estableció que ambos registros podían coexistir en el mercado, incluso considerando que la categoría de las bebidas alcohólicas suele ser altamente competitiva y sensible en términos de branding.

 

Apelación y confirmación del Tribunal de Propiedad Industrial

Concha y Toro no se dio por vencida y decidió apelar la decisión del Inapi ante el Tribunal de Propiedad Industrial. La estrategia de la viña buscaba revertir el fallo de primera instancia, insistiendo en el argumento del riesgo de confusión en los consumidores.

Sin embargo, el 11 de septiembre de 2025, el tribunal ratificó la decisión inicial. En su sentencia, la instancia judicial sostuvo que:

 

“Existen suficientes diferencias gráficas y fonéticas que permiten su coexistencia mercantil, sin inducir a confusión, error o engaño al público”.

 

El fallo supuso un duro golpe para Concha y Toro, que había confiado en que la fortaleza de sus marcas históricas le permitiría bloquear la inscripción.

 

 

 

 

 

¿Habrá recurso ante la Corte Suprema?

Al cierre de esta edición, Concha y Toro no había confirmado si presentará un recurso de casación ante la Corte Suprema, la última instancia a la que puede acudir para intentar revertir la resolución.

La decisión no es menor: llevar el caso a la Corte implica costos adicionales, plazos más extensos y la incertidumbre de obtener un fallo definitivo favorable. Además, la Suprema suele enfocarse en aspectos de derecho más que en valoraciones sobre la percepción del consumidor, lo que podría limitar las posibilidades de éxito de la bodega.

 

El trasfondo: la importancia del “Diablo” en la estrategia de Concha y Toro

Para entender la insistencia de la empresa, es clave considerar que el concepto “Diablo” es uno de los pilares más reconocidos de su identidad de marca.

Casillero del Diablo: uno de los vinos chilenos más famosos del mundo, con presencia en más de 140 países.

Diablo: una etiqueta más reciente que busca atraer a un público joven, apostando por un marketing moderno y disruptivo.

El temor de Concha y Toro es que el ingreso de marcas con denominaciones similares diluya su valor de mercado y afecte la asociación exclusiva que el consumidor hace entre la palabra “Diablo” y sus vinos.

 

Un caso que refleja los desafíos de la propiedad industrial

El enfrentamiento entre Fruta del Diablo y Concha y Toro pone sobre la mesa una discusión frecuente en materia de propiedad industrial y marcas comerciales: ¿hasta qué punto un signo puede considerarse confusamente similar a otro?

En Chile, la legislación establece que no se concederá registro a marcas que puedan generar error o confusión en los consumidores. Sin embargo, la apreciación de este riesgo suele ser subjetiva y depende tanto de la percepción del público como de la interpretación de las autoridades.

En este caso, tanto el Inapi como el Tribunal de Propiedad Industrial coincidieron en que las diferencias entre Fruta del Diablo y Casillero del Diablo eran suficientes para garantizar la coexistencia pacífica.

 

Implicancias para el mercado de cervezas y vinos

El fallo tiene varias lecturas para las industrias involucradas:

Mayor flexibilidad en registros: Se reafirma que el uso de términos comunes o populares, como “Diablo”, no implica necesariamente exclusividad, siempre que el signo completo tenga diferencias claras.

Espacio para nuevas marcas: Emprendedores y cervecerías artesanales pueden ver el caso como un precedente que abre margen para la creatividad en el naming.

Riesgos de dilución: Para grandes compañías como Concha y Toro, el fallo plantea el desafío de mantener la fuerza de sus marcas icónicas frente a la proliferación de nombres similares.

 

Auge de nuevas marcas en la industria alcohólica

En los últimos años, Chile ha visto un boom de nuevas marcas en el sector de las bebidas alcohólicas, especialmente en cervezas artesanales. La búsqueda de nombres llamativos, con carga simbólica o cultural, ha generado múltiples solicitudes de registro ante el Inapi.

El término “Diablo” no es la única palabra en disputa. También abundan las controversias por nombres relacionados con animales, lugares geográficos o referencias históricas. Cada caso obliga a las autoridades a definir hasta dónde llega el derecho de exclusividad de una marca.

La derrota de Concha y Toro en el caso Fruta del Diablo no solo afecta a la compañía, sino que también envía una señal a todo el mercado chileno: el uso de palabras de alto impacto comercial puede ser compartido por distintas marcas, siempre que la construcción final del signo permita una clara diferenciación.

El desenlace del caso en la Corte Suprema, si la bodega decide llegar hasta allí, será clave para determinar si este precedente se consolida o si, por el contrario, se limita el uso de denominaciones similares en la industria.

Mientras tanto, Fruta del Diablo ya cuenta con la autorización para posicionarse en el competitivo mercado de las cervezas, un espacio en expansión que sigue atrayendo a emprendedores y marcas dispuestas a desafiar a gigantes consolidados como Concha y Toro.