El Paquete Económico 2026 contempla un incremento significativo al IEPS aplicado a bebidas azucaradas y saborizadas, que pasará de 1 peso a 3.0818 pesos por litro, incluyendo las versiones con edulcorantes. Con ello, el precio de una Coca-Cola de 1 litro podría subir de 28 a 31 pesos, y una Pepsi de 21 a 24 pesos.
El gobierno, encabezado por Claudia Sheinbaum, busca reducir el consumo de bebidas azucaradas en un 7% durante los primeros dos años, priorizando la salud de la población.
No obstante, la industria refresquera advierte impactos económicos: posibles aumentos de 10% a 15% en precios y riesgo de perder hasta 150,000 empleos en cinco años, especialmente en tienditas, donde estas bebidas representan el 30% de las ventas.
Impacto en restaurantes
Los combos con refresco aumentarán entre 5 y 6 pesos, lo que podría afectar la percepción de valor y disminuir la frecuencia de consumo.
Habrá retos en inventario, compras y márgenes de utilidad, pues trasladar totalmente el costo al cliente podría reducir la demanda.
Las promociones con refresco perderán eficacia, lo que obligará a rediseñar estrategias de marketing.
Al mismo tiempo, se abre un espacio para innovación, incentivando bebidas más saludables como jugos naturales, agua o productos funcionales.
En conclusión, el alza al IEPS no solo incrementará el precio de los refrescos, sino que tendrá un efecto dominó en toda la industria restaurantera, modificando menús, estrategias de venta, operaciones y tendencias de consumo.