La Gentrificación en Ciudad de México está teniendo efectos muy claros sobre los restaurantes, tanto positivos como negativos

 

Efectos positivos

Mayor poder adquisitivo de los consumidores

La llegada de residentes con mayores ingresos y de turismo de calidad permite que haya una clientela dispuesta a gastar más — plato más caro, mejores vinos, mayor ticket promedio. Esto puede generar oportunidades para restaurantes de mayor escala o conceptuales.

Diversificación gastronómica

Nuevos estilos, fusiones, cafés, comida gourmet, especialidades internacionales, opciones más «trendy». Restaurantes experimentales tienden a aparecer más en estas zonas.

Infraestructura, servicios y percepción de seguridad mejorados

Con la gentrificación muchas veces llega mayor atención al espacio público, mejor iluminación, limpieza, seguridad, regulaciones más estrictas, lo cual puede atraer más clientes y visitantes.

Turismo e influencia internacional

Restaurantes reconocidos, interés en reseñas, redes sociales, influencers, etc., elevan el perfil de la zona gastronómica, lo que puede elevar también la visibilidad de los negocios locales que logran adaptarse.

 

 

 

 

Efectos negativos / desafíos

Aumento de las rentas y costos operativos

Este es uno de los impactos más mencionados. Las rentas de locales comerciales han subido muchísimo — en algunos casos, hasta niveles que los negocios tradicionales no pueden sostener. Esto incluye no solo la renta física, sino también insumos, permisos, licencias, regulación.

Alta rotación o cierre de negocios tradicionales

Establecimientos de larga data, taquerías, fondas, abarrotes con precios accesibles, negocios de barrio, tienen más dificultades para sostenerse; algunos se ven obligados a cerrar, reubicarse, o transformarse para sobrevivir.

Presión a subir precios / cambiar menú

Para alcanzar los márgenes necesarios con los nuevos costos, muchos restaurantes tienen que subir precios, lo que puede alejar a la clientela local. Algunos también cambian su oferta para satisfacer gustos más “internacionales” o “premium”. Eso puede generar pérdida de identidad cultural gastronómica.

Competencia intensa

Con la proliferación de nuevos negocios (“cafés de especialidad”, concept stores, restaurantes “instagramables”), la competencia se vuelve feroz. No basta con estar bien ubicado: hay que tener marketing, estética, diferenciación, calidad muy alta.

Desplazamiento tanto de clientes como de comerciantes

Vecinos de generaciones anteriores se mudan pues ya no pueden pagar vivienda o renta; los clientes habituales cambian, y eso afecta al flujo constante de locales. Por otro lado, quienes tenían negocios de menor escala pueden ser desplazados por locales más “caras” o franquicias.

Pérdida de identidad barrial

El tejido cultural, los sabores locales, los negocios que tienen historia, pueden perder relevancia o desaparecer. Se sustituye parte de la cultura local con cafés, restaurantes de diseño o franquicias que responden más a expectativas de turismo o gustos globales.

Cierre o abandono por rentas impagables / costos crecientes

Según reportes de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), se estima que hasta el 50% de los restaurantes que abren en Roma y Condesa NO logran sostenerse más de dos años, en parte por los costos de renta, insumos y operación que se incrementan mucho.

También se menciona que algunas rentas comerciales han subido hasta 40–50% al renovar contratos, lo que pone en riesgo la viabilidad de negocios pequeños o tradicionales.